El Código de Justiniano (en latín, Codex Iustinianus) es una recopilación de constituciones imperiales promulgada por el emperador Justiniano, en una primera versión, el 7 de abril de 529, y en una segunda, el 17 de noviembre de 534. Este último forma parte del denominado Corpus Iuris Civilis.
El "primer" Código de Justiniano (conocido como Codex vetus o primus) fue la primera obra elaborada dentro del proceso recopilador de Derecho romano justinianeo. Esta obra no se ha conservado, salvo por un fragmento del índice. Fue preparado por una comisión de juristas, presidida por Triboniano, comenzando sus labores en febrero de 528. Los comisionados debían recopilar las constituciones imperiales vigentes en la época, pudiendo utilizar obras anteriores como el Código Teodosiano del año 438, de carácter oficial, y los Código Gregoriano de 293 y Hermogeniano, de carácter privado. Con la promulgación de este código se dejó sin efecto los anteriores.
Debido a las reformas efectuadas por Justiniano fue necesario actualizarlo hacia el año 533. Una comisión presidida nuevamente por Triboniano debió agregar todas las nuevas constituciones imperiales dictadas por Justiniano al "primer" Código, recibiendo la facultad de interporlarlas o modificarlas, para su adecuada incorporación.
El 16 de noviembre de 534 –en fecha posterior al Digesto– se promulgó el "segundo" Código de Justiniano (denominado en ocasiones Codex repetitae praelectionis), quedando derogado el anterior y prohibida su alegación. Está estructurado en 12 libros, divididos en títulos, que contienen las constituciones.
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martes, 13 de octubre de 2009
CÓDIGO DE JUSTINIANO
CONSTANTNOPLE
El segundo hecho del reinado de Constantino cuya importancia — después del reconocimiento del cristianismo — se ha revelado como esencial, fue la fundación de una capital nueva. Ésta se elevó en la orilla europea del Bósforo, no lejos del mar de Mármara, sobre el emplazamiento de Bizancio (Byzantinum), antigua colonia de Megara. Ya los antiguos, mucho antes de Constantino, habían advertido el valor de la posición ocupada por Bizancio, notable por su importancia estratégica y económica en el límite de Europa y Asia. Aquel lugar prometía el dominio de dos mares, el Mediterráneo y el Negro, y aproximaba el imperio de los origenes de las más brillantes civilizaciones de la antigüedad.A cuanto cabe juzgar por los documentos que nos han llegado fue en la primera mitad del siglo VII antes de J.C. cuando algunos emigrantes de Megara fundaron en la punta meridional del Bosforo, frente a la futura Constantinopla, la colonia de Calcedonia. Varios años mas tarde un nuevo contingente de megarios, fundo en la primera ribera europea de la punta meridional de Bosforo, la colonia de Bizancio, nombre que se hace derivar del jefe de la expedición megaría: Byzas. Las ventajas de Bizancio respecto a Calcedonia eran evidentes ya a los ojos de los antiguos. El historiador griego Herodoto (siglo V a. J.C.) cuenta que el general persa Megabaces, al llegar a Bizancio, calificó de ciegos a los habitantes de Calcedonia que, teniendo ante los ojos un emplazamiento mejor — aquel donde algunos años más tarde fue fundada Bizancio,— habían elegido una situación desventajosa. Una tradición literaria más reciente, referida por Estrabón (VII, 6, 320) y por Tácito (An. XII, 63), atribuye esa declaración de Megabaces, en forma ligeramente modificada, a Apolo Pítico, quien, en respuesta a los megarios que preguntaban al oráculo dónde debían construir su ciudad, les dijo que frente al país de los ciegos.Bizancio tuvo un papel importante en la época de las guerras médicas y de Filipo de Macedonía.El historiador griego Polibio (siglo II a. J.C.) analiza brillantemente la situación política y sobre todo económica de Bizancio, reconoce la mucha importancia del intercambio que se mantenía entre Grecia y las ciudades del mar Negro, y escribe que ningún navío mercante podría entrar ni salir de ese mar contra la voluntad de los moradores de Bizancio, quienes, dice, tienen entre sus manos todos los productos del Ponto, indispensables a la humanidad.
Información sacada de: Historia de la teocracia ecumenica